OCEO – 13/ENERO

Ahora que se han acabado los villancicos, reanudamos nuestro viaje a Lisboa con este tercer
destino: la parroquia de Santa María Magdalena en Ciempozuelos. Allí un grupo de voluntarios
nos recibirá para unirnos en oración con nuestro obispo y continuar con esta preparación para
llegar a la JMJ con el corazón bien dispuesto.

Este mes os proponemos como guía a un experto montañero que nos enseñe a dirigirnos Verso
l’Alto!: El beato Pier Giorgio Frassati es un joven italiano al que nuestro querido San Juan Pablo
II llamaba “el hombre de las bienaventuranzas”. Nació en una familia rica en 1901. A pesar de
su condición acomodada y de la incomprensión de sus padres, dedicó su juventud a cuidar y
visitar a los pobres de Turín. Seguramente fue en una de estas visitas en las que contrajo una
poliomielitis, enfermedad que lo llevó a la muerte en solo una semana. A su multitudinario
funeral acudieron muchos de los pobres a los que cuidaba. Fue beatificado en 1990 siendo
testigo de “que vale verdaderamente la pena sacrificar todo para servir al Señor[…], que la
santidad es posible para todos y que solo la revolución de la caridad puede encender en el
corazón de los hombres la esperanza de un futuro mejor”.